Cómo salí de la depresión y aprendí a gestionar mi vida con ejercicios pranayama y mindset

De seguro escuchas muy a menudo a la gente a tu alrededor hablar sobre la meditación, ya que se ha vuelto muy de moda últimamente. Puede ser que sientas que eso no va contigo, porque no sabes cómo meditar ni tampoco para qué sirve la meditación. De la misma forma que de los ejercicios pranayama (técnicas de respiración) se escucha bastante, muchas personas piensan que hay que ser un experto en yoga para poder practicarlos e incluirlos en su rutina diaria de ejercicios. 

Te cuento que yo era una de esas personas que no sabían nada de los beneficios de la meditación ni de las técnicas de respiración, hasta que me hallé en una crisis emocional muy grande por la pérdida de un ser querido y comencé a tener problemas de hipertensión, dolores de pecho, depresión, insomnio y la lista seguía creciendo. 

 

Era el momento de hacer algo y no sabía cómo, ni qué me podía ayudar. Algunas amigas que conocían mi situación me recomendaron utilizar flores de Bach, escuchar música relajante, pero la música relajante en mi situación me deprimía aún más y las flores de Bach, aunque son muy efectivas no hacían mucho efecto en mí, porque tenía que ir más profundo y cambiar mis paradigmas y aprender a convivir con la nueva situación que se había presentado en mi vida. Mi familia tampoco podía ayudarme mucho, ya que ellos también estaban dentro de sus propios procesos y tristes por nuestra pérdida común. 

Fue entonces que por medio de una muy buena amiga quién me ofreció su ayuda, aprendí algunas técnicas respiratorias del Kundalini Yoga. Recuerdo como si hubiera sido ayer cuando ella fue a mi casa y me dijo: “Michele, vamos a respirar” y yo le respondí, pero yo ya respiro y ella a su vez respondió, pero no consciente ni profundamente. ¡Esa lección del día cambió mi vida para siempre! 

Hicimos ejercicios pranayama con una de las respiraciones más sanadoras del KY que es la respiración larga y profunda. Ella me mostró lo que debía tener presente a la hora de inhalar (“inhala por la nariz y siente como tu abdomen se infla como un balón, tu pecho sube y sale, haciendo conque el aire llegue hasta tus clavículas, ahora exhala por la nariz y siente como el aire abandona tu cuerpo desde la clavícula, el diafragma y por último tu abdomen vuelve a la posición original”). Es como si estuvieras inflando y desinflando un globo. Continúe practicando esta respiración días, semanas y noté un cambio enorme en mí. Además de recibir más oxígeno en mis pulmones, podía pensar más claramente, me atreví a salir de mi papel de víctima y vi resultados en mi salud mental y física. 

 

Empecé a leer libros de autoayuda y cómo superar el duelo. Entré en un programa de sanación holística y decidí que quería cambiar mi vida y ayudar a otros a mejorar la suya. 

Hoy en día enseño a las personas a respirar la vida, a descubrirse a sí mismas, ¡a sentir gratitud por lo que se tiene y a disfrutar del momento!

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